Desde hace tres décadas, el orgiveño José Antonio Tello compra el pescado fresco en Motril y lo vende cada día en Pitres y otros pueblos de la Alpujarra al igual que su padre José, antes que él, lo vendió durante medio siglo. José Antonio era uno de los vecinos que ayer estaban emocionados en el acto de hermanamiento: «Ya me gustaría a mi que funcionara el puerto de 'Pitres', así tendría el pescado a mano y no tendría que levantarme todos los días a las tres de la mañana para comprarlo en Motril», decía entre risas.
También la alcaldesa de Pitres se mostraba emocionada y orgullosa por poder culminar una antigua aspiración, la del hermanamiento entre el 'Puerto' de Pitres y el de Motril. «Un acto que simboliza, no sólo la unión de una común tradición marinera, sino también la unión del espíritu de dos puertas abiertas al mar», apuntó.
Por su parte, Ángel Díaz Sol consideró el hermanamiento «una singular forma de conjuntar una realidad como es el Puerto de Motril, con una tradición como es el de Pitres. Para Pitres este acto supone un paso más dentro del camino hacia esa utopía de tener un puerto. Para nosotros supone un gesto de vecindad y de hermandad».
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