Chris Stewart, vecino de La Alpujarra

Chris Stewart vive en La Alpujarra desde 1988. Su libro Entre limones, en el que narra su experiencia en un cortijo andaluz, ha vendido más de un millón de ejemplares

Granjero, esquilador de ovejas, navegante y batería, Chris Stewart (Gattwick, 1951) se confiesa heredero de su juventud hippy. Viajó mucho antes de encontrar la casa de su vida en el cortijo El Valero. Lo cuenta en Entre limones (Almuzara). Enamorado de Andalucía, llegó a presentarse para concejal con Los Verdes. Se considera un "viajero estático" que sueña con dar la vuelta al mundo.



Llegó a La Alpujarra cuando era joven, viajaba mucho y pensaba dedicarse a la guitarra. Chris Stewart fue el batería de Genesis antes que Phil Collins, pero estuvo poco tiempo en el grupo. Se enamoró de joven de la guitarra clásica y su sueño era viajar a Sevilla. Fue hasta allí en autostop desde París, parando para hacer la vendimia en el sur de Francia. Pasó un año en Sevilla.

Desde aquel viaje a Sevilla me enamoró de España y soñaba con volver, lo cual hizo 17 años más tarde. Mientras, regresó a Inglaterra, trabajó en una granja y se convertió en esquilador de ovejas.


Lleva 33 años con su mujer. Primero tuvieron un rebaño, después viajaron, y acabaron en La Alpujarra. Pasaron un mes en su viejo coche recorriendo Andalucía y conoceron La Alpujarra gracias al libro de Gerald Brennan, Al sur de Granada.

Lleguó en enero de 1988, tenía 37 año . Descubrió un cortijo abandonado y supo que quería vivir allí.

Entre limones surgió gracias a que Mark Ellingham, el cerebro de la editorial Rough Guide, vino de visita a La Alpujarra y le convenció para escribir un libro sobre su experiencia. Probó con un capítulo sobre los animales que le rodeaban, garrapatas, arañas, etcétera, y le salieron 76 páginas que le gusto y por eso continuó escribiendo.

En 1999 se publicó el libro en Gran Bretaña y ya ha vendido un millón de ejemplares. Y ha sido traducido a 15 idiomas.

Ingenioso, entrañable y muy divertido, Entre limones narra las aventuras y desventuras de Chris y Annie durante sus primeros años en Las Alpujarras.

El libro se convirtió en un bombazo: recibió excelentes críticas, cosechó premios, vendió rápidamente un millón de ejemplares, fue traducido en Italia, Francia, Alemania, Holanda, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Taiwan, Japón, Israel, Estonia, Polonia... Con 48 años, Chris pasó de ser un anónimo esquilador en Andalucía a un reclamado autor inglés en prestigiosos encuentros literarios internacionales.



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